
“¡Es una porquería!”, “¿Cómo se atrevió Nintendo?”, “¿Quién quiere una caja vacía?”, “Eso no va a funcionar con el tiempo”, “Eso no va a vender”, “Se perdió la esencia del juego físico”…
¿Te suenan estas exclamaciones? Desde el lanzamiento de la Nintendo Switch 2, las famosas Game Key Cards han desatado un vendaval de opiniones y debates. Como siempre, respeto la postura de cada quien, pero, ¿realmente son estas tarjetas un despropósito o una “porquería” como muchos afirman?
Permíteme invitarte a un breve viaje al pasado, a los albores de la era digital. Uno de los pioneros en popularizar los juegos digitales fue, sin duda, Valve (Steam) en 2003. Lo que comenzó como una plataforma para distribuir actualizaciones de sus propios títulos, evolucionó a pasos agigantados hasta convertirse en una masiva tienda digital que acogió incluso a juegos de terceros.
En el mundo de las consolas, Xbox Live irrumpió en 2002, y poco después, Sony con su PlayStation Network en 2006. Ambas plataformas permitieron la descarga completa de juegos, demos y el tan codiciado contenido adicional (los famosos DLC). ¿Y por qué te traigo esto a colación? Porque cuando esta era digital despegó, aunque hubo quejas iniciales, la mayoría lo consideró un éxito rotundo. Se acabó cargar con pilas de juegos físicos (¡Lo digital es algo que, en lo personal, nunca me ha entusiasmado!). La realidad es que lo digital no es una novedad; lleva años gestándose y hoy domina el mercado.
Nintendo, por supuesto, no se quedó atrás y también abrazó la distribución digital en su consola Wii. Avancemos hasta 2017, cuando Nintendo regresó al formato de cartuchos con su innovadora consola híbrida, la Switch. Fue entonces cuando comenzaron a aparecer las ya infames cajas vacías con códigos para canjear juegos. Y, como era de esperar, Nintendo fue señalada como la villana, a pesar de que esta práctica ya se venía utilizando desde hacía años con Microsoft y Sony.
Ahora, saltemos al presente, donde Nintendo ha introducido lo que yo calificaría como una ingeniosa manera de fusionar el cartucho físico y la esencia digital: las Game Key Cards. ¿Por qué ingenioso? Porque, y en esto seré categórico, Nintendo es, hoy por hoy, la única compañía que te permite revender tus juegos de una forma digital.
Piensa en la Game Key Card como una llave. Al introducirla en tu Switch 2, la consola simplemente verifica que el juego sea legítimo. Es por eso que lo denomino físico/digital. Y la magia no termina ahí: ¡también puedes prestar el juego a otras personas sin necesidad de entregarles tu cuenta! Basta con introducir la Key Card, descargar el juego desde tu cuenta habitual en la eShop de tu Switch 2, y el cartucho simplemente actúa como una verificación de legitimidad.
“Ah, pero, Nexxtech-91, ¡los juegos digitales nunca son tuyos!”, dirán algunos. ¿Y qué pasa con eso? Nintendo no está sola en esto. Microsoft, Sony, Epic, Steam… todos ofrecen juegos digitales que, si un día deciden cerrar sus puertas, te dejarías sin acceso a tu biblioteca.
Las únicas plataformas que, hasta el momento, ofrecen DRM-Free y te permiten hacer una copia de seguridad legal de tu librería sin problema alguno son Itch.io y GOG.
Entonces, me pregunto: ¿por qué tanto “hate” hacia las Game Key Cards? Entiendo perfectamente el punto de vista de los coleccionistas de juegos físicos (yo mismo soy uno, especialmente con títulos que me encantan de Nintendo, sobre todo sus First Party). Sin embargo, no todo es perfecto. Como siempre he dicho, cada consola tiene lo suyo, con sus pros y sus contras.
Espero que esta pequeña reseña haya sido de tu agrado. ¡Comenta y comparte tu opinión, pero siempre de manera respetuosa!
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